Historia

Mujer Emancipada ha sido testigo directo, durante 20 años de trabajo, de muchas formas de exclusión social acaecidas a mujeres en España. 1995-2014: De la droga a la trata de seres humanos

Cuando la asociación se fundó, en el año 1995, prostitución y droga estaban muy relacionadas. En la década de los noventa cuando un hombre era drogodependiente  muy raramente se dedicaba a la prostitución para sufragar el consumo.

cartel mujer emancipada

La mujer en cambio, como a través de la prostitución obtenía una fuente de ingresos constante, se sumergía en una espiral de consumo mucho mayor. El estigma que la prostitución le suponía le implicaba además la pérdida de contacto con la familia.

Esta espiral sólo era interrumpida por las graves dolencias físicas que acababan en ingresos hospitalariosMuchos de los casos que han pasado por la casa de acogida de la entidad han sido derivados directamente por los hospitales. Muchas mujeres embarazadas han llegado a término en la casa de acogida. En otras ocasiones era la propia mujer la que por iniciativa propia acudía a nuestra oficina a pedirnos de forma desesperada su ingreso en la casa para quitarse de la calle.

Durante toda esta primera época, en la que la prostitución callejera era ejercida mayoritariamente por mujeres españolas y causada por el consumo de drogas, siempre tuvimos claro que la prostitución no era una opción libremente elegida para nadie, ¿cómo alguien iba a elegir vivir así?

 

Les dedicamos nuestro más efusivo recuerdo a todas las mujeres  que sabemos que murieron por haber forzado demasiado sus frágiles cuerpecitos con todo ese estilo de vida.

Desde el año 2002 en adelante empezamos a ver cómo el panorama de la prostitución en España iba cambiando radicalmente.

Por un lado, la oferta de prostitución empezó  a multiplicarse y a alcanzar cifras astronómicas.

Por otro lado, la mayoría de las mujeres que ejercían la prostitución eran ahora extranjeras y  no lo hacían por problemas de drogas sino por otros problemas, uno de ellos el tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual.

Aunque en el año 2000 la ONU empieza a vislumbrar este gran problema social (publicando el protocolo de Palermo), no obstante los países firmantes de dicho protocolo han ido necesitando un tiempo de reacción tanto para incorporar dicho protocolo a sus propios ordenamientos jurídicos como para empezar  darse cuenta de  que en sus territorios se están produciendo nuevas formas encubiertas de esclavitud.

Desde nuestro punto de vista, si grave era la situación de las mujeres drogodependientes, resulta aún más peligroso, desde la perspectiva de los derechos humanos, el ejercicio de la prostitución asociada al tráfico de seres humanos porque mujeres y niñas son absolutamente cosificadas y transportadas por todas partes del mundo para que los hombres de los países occidentales pueden pasar un buen rato con exóticas variedades de mujeres traídas de todas partes del mundo.

Ahora que la prostitución está claramente asociada a la trata de seres humanos resulta mucho más fácil transmitir una idea que nuestra entidad ha tenido clara siempre: la prostitución no puede ser reglamentada porque supone institucionalizar la feminización de la pobreza.

Aunque el colectivo de la prostitución ha estado y continúa estando en el foco principal de nuestra atención, a lo largo de estos 20 años de trabajo hemos visto la necesidad de ampliar nuestro campo de intervención para dirigirlo hoy a cualquier mujer que esté padeciendo una o varias situaciones de exclusión social como:

Violencia de género, situación de inmigración regular o irregular, separaciones y divorcios, mujeres con menores a su cargo, mujeres residentes en barriadas conflictivas, mujeres con problemas de drogas, personas prostituidas y mujeres víctimas de trata de seres humanos.